Del 12 al 14 de marzo tendrá lugar la reunión del Bureau (Junta Directiva) de la Fina en Dubai, donde entre otras cosas, deberán aprobar el nuevo reglamento que publicamos en febrero después que la FINA reuniera a los fabricantes de bañadores.
La polémica sigue viva y no hemos podido encontrar ningún lugar donde se afirme que los actuales bañadores, los que han causado la polémica por su flotabilidad, sean contrarios a la nueva reglamentación. Solo hemos podido constatar la no conformidad en la norma que se pretende adoptar a partir del 1 de enero de 2010 referente a la impermeabilidad.
Alguno de los representantes en España de dichos bañadores nos han comentado que sus productos cumplen con creces los nuevos requerimientos, aunque no hemos tenido acceso a ninguna confirmación oficial.
De momento, los bañadores son utilizados con total libertad y prueba de ello son los recientes Campeonatos de Primavera de Italia, donde han caído 24 records italianos, y Federica Pellegrini estableció un nuevo record del mundo de 200 libre femenino. Primer nadador italiano en establecer una marca mundial dentro de sus fronteras.
La práctica de usar uno o más bañadores ha sido la habitual en los pasados meses por muchos nadadores, y aunque no tenemos la seguridad de afirmarlo, suponemos que en Italia, estos pasados días, ha continuado del mismo modo.
Pellegrini no daba crédito a su record del mundo en el 200, su entrenador, Alberto Castagnetti, no encontraba tampoco explicación, dada la carga de trabajo actual de su pupila, y más teniendo en cuenta el ataque de ansiedad con espasmos en los bronquios sufridos por la nadadora en la jornada anterior.
Está claro, que la leona de Venecia ha ganado en velocidad pura, y la muestra está en los excelentes 100 libre que ha efectuado tanto en la prueba individual como en los relevos. Pero son muchos los que aún se preguntan si esto es natación o es Formula 1.
Craig Lord, periodista del Times londinense y colaborador habitual de Swim News, ha mantenido en los últimos meses una cruzada personal en contra de la utilización de los bañadores de última generación y para ello ha recurrido a los principales actores de la natación mundial y en cierto modo ha influido en la consideración de la FINA de adoptar nuevas reglas en la homologación de bañadores.
Llegados a este punto de incertidumbre, este humilde observador de la natación, cree que es posible que el camino abierto en febrero de 2008 con el lanzamiento del LZR de Speedo y posteriores réplicas, de una forma muy política, quede finalmente abierto del todo y por lo tanto la nueva reglamentación acabe teniendo un impacto prácticamente nulo, por lo que los records sigan cayendo con la ayuda de nuevos equipamientos y no solo del esfuerzo de atletas perfeccionando sus métodos y técnicas.
Desde mi punto de vista no tiene porque tratarse de un desastre, tal como muchos puristas proclaman, pero si es un cambio en el enfoque de este deporte. Si el cambio consiste en que los fabricantes ganen más dinero y por lo tanto parte de ese dinero se revierta en una mayor promoción del deporte en forma de patrocinios a nadadores y promoción de sus competiciones para hacerlas llegar a más público, bienvenido sea, pero el camino no es siempre tan sencillo y puede que la transformación de este deporte no acabe reportando nada y solo sirva para vaciar un poco más a los bolsillos de los mayores patrocinadores de los nadadores, su familia.
De momento, sigue la incertidumbre, esperemos que el congreso de la FINA y días posteriores aclaren la nueva situación.
Roger Torné
La polémica sigue viva y no hemos podido encontrar ningún lugar donde se afirme que los actuales bañadores, los que han causado la polémica por su flotabilidad, sean contrarios a la nueva reglamentación. Solo hemos podido constatar la no conformidad en la norma que se pretende adoptar a partir del 1 de enero de 2010 referente a la impermeabilidad.
Alguno de los representantes en España de dichos bañadores nos han comentado que sus productos cumplen con creces los nuevos requerimientos, aunque no hemos tenido acceso a ninguna confirmación oficial.
De momento, los bañadores son utilizados con total libertad y prueba de ello son los recientes Campeonatos de Primavera de Italia, donde han caído 24 records italianos, y Federica Pellegrini estableció un nuevo record del mundo de 200 libre femenino. Primer nadador italiano en establecer una marca mundial dentro de sus fronteras.
La práctica de usar uno o más bañadores ha sido la habitual en los pasados meses por muchos nadadores, y aunque no tenemos la seguridad de afirmarlo, suponemos que en Italia, estos pasados días, ha continuado del mismo modo.
Pellegrini no daba crédito a su record del mundo en el 200, su entrenador, Alberto Castagnetti, no encontraba tampoco explicación, dada la carga de trabajo actual de su pupila, y más teniendo en cuenta el ataque de ansiedad con espasmos en los bronquios sufridos por la nadadora en la jornada anterior.
Está claro, que la leona de Venecia ha ganado en velocidad pura, y la muestra está en los excelentes 100 libre que ha efectuado tanto en la prueba individual como en los relevos. Pero son muchos los que aún se preguntan si esto es natación o es Formula 1.
Craig Lord, periodista del Times londinense y colaborador habitual de Swim News, ha mantenido en los últimos meses una cruzada personal en contra de la utilización de los bañadores de última generación y para ello ha recurrido a los principales actores de la natación mundial y en cierto modo ha influido en la consideración de la FINA de adoptar nuevas reglas en la homologación de bañadores.
Llegados a este punto de incertidumbre, este humilde observador de la natación, cree que es posible que el camino abierto en febrero de 2008 con el lanzamiento del LZR de Speedo y posteriores réplicas, de una forma muy política, quede finalmente abierto del todo y por lo tanto la nueva reglamentación acabe teniendo un impacto prácticamente nulo, por lo que los records sigan cayendo con la ayuda de nuevos equipamientos y no solo del esfuerzo de atletas perfeccionando sus métodos y técnicas.
Desde mi punto de vista no tiene porque tratarse de un desastre, tal como muchos puristas proclaman, pero si es un cambio en el enfoque de este deporte. Si el cambio consiste en que los fabricantes ganen más dinero y por lo tanto parte de ese dinero se revierta en una mayor promoción del deporte en forma de patrocinios a nadadores y promoción de sus competiciones para hacerlas llegar a más público, bienvenido sea, pero el camino no es siempre tan sencillo y puede que la transformación de este deporte no acabe reportando nada y solo sirva para vaciar un poco más a los bolsillos de los mayores patrocinadores de los nadadores, su familia.
De momento, sigue la incertidumbre, esperemos que el congreso de la FINA y días posteriores aclaren la nueva situación.
Roger Torné